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EL  “GATEAO “  DE  DON  SEGUNDO…

 

En el campo oriental, el paisano le llama “gateao” ( y el pueblero “gateado”) al equino que presenta la llamativa característica de tener el pelaje bayo encerado, pero, con una lista negra, que recorriendo el lomo del mismo, une la cruz con la cola, en un capricho singular de la divina providencia.-

Por más datos al respecto, la palabra “bayo”, proviene de “badius”, que quiere decir amarillento.-

Pues bien, el “gateao” al que me refiero en estas líneas, no es otro que aquel que hace un buen tiempo atrás me lo acercó la historia, escrita y oral, que oí desde niño en el boliche de mi padre y tenía como protagonista principal a don Segundo OXLEY.-

Don Segundo OXLEY!!... “El Viej´ Ocle”, como le decían los viejos y las viejas vergarenses, que le habían conocido y lo habían tratado y que sentían por él, una especie de veneración, más que respeto.-

Un paisano de tierra adentro, quizás nacido en la Séptima Sección de Treinta y Tres, en las Costas del Olimar Grande y con un pasado sufrido y guerrero, que aun estaba inconcluso.-

Porque de él, solo se sabía con certeza, que desde mozo joven había sido revolucionario blanco. Desde la de 1870 y hasta la de 1910.-

Con un paréntesis transitorio, en el cual había sido el Primer Comisario que hubo en el “Pueblo del Parao” (hoy, ciudad de Vergara), después de suscrito el Pacto de la Cruz, por blancos y colorados, el día 18 de setiembre de 1897, con las consideraciones y condiciones allí establecidas.-

Que había vuelto nuevamente a tomar las armas en 1904, habiéndose destacado virilmente en la acción sangrienta de Tupambaé, donde contaban, que al atardecer del día 22 de junio, ante el fuego mortífero de las ametralladoras gubernistas, que estrenaba el General Pablo GALARZA y cuando la División Treinta y Tres, al mando del Coronel BERRO y cuyo segundo jefe era OXLEY, se batía en retirada, un infante blanco, fue alcanzado de lleno en una pierna por un balazo, que hiriéndole la misma, lo postró en el suelo de miedo y de dolor.-

En esos instantes, pasaba don Segundo a caballo y de galope, cuando logró oir aquel grito hecho súplica, por encima de las descargas gubernistas: - No me deje Comandante…Qué los salvajes me deguellan!! (Se refería a los soldados colorados).-

De inmediato, el viejo viró el caballo, para socorrer al compañero y en ese momento, otra bala del gobierno, le mató su caballo, hiriéndole a él, en una pierna.-

Rengueando, agazapado, poniéndole guapeza al sufrimiento, el Comandante OXLEY, se aproximó al herido, lo agarró como pudo y sin ayuda ninguna, lo sacó de arrastro del campo de batalla, salvándolo así, de una muerte segura.-

Ese hombre, que descendía de inmigrantes ingleses, de estatura baja, no muy corpulento, huraño, de pocas palabras, digno y honesto, a su muerte dejó varios hijos (sin llevar el apellido original), una fama más que ganada de corajudo y además, una sapiencia sin límites en cuanto a tratamientos con yuyos, con agua fría o con cataplasmas varias, si el caso así lo requería…

Había sido lancero de Ángel MUNIZ en 1870, cuando la revolución del General Timoteo APARICIO. Mientras que en 1886, leal al General Justino MUNIZ y al Comandante Fortunato JARA, estuvo en el Quebracho, del lado del Presidente SANTOS.-

Siguió a JARA (deslindándose de Justino MUNIZ), en 1897 y en 1904, luego de vivaquear por los campos casi desiertos, se encontró en el crepúsculo sangriento de Tupambaé.-

Por último en 1910, ya enraizado para siempre en Vergara, acaudilló un movimiento de leales a Basilio MUÑOZ, pero prontamente, llegó la paz y conjuntamente con ella, una amnistía a los jefes revolucionarios.-

Pero, se contaba en los fogones criollos, que en tiempos de joven de OXLEY, cuando el matreraje asolaba campos y montes esteños, el solo, sin ninguna compañía, había prendido mano a mano y en memorable encuentro a Alejandro RODRIGUEZ, un matrero joven, que tocaba bastante bien la guitarra, era ganador con las damas y a quien por la larga cabellera rubia que ostentaba, le llamaban “El Clinudo” o “Manta Ruana”, con varios encuentros y desencuentros de sangre, en su haber.-

OXLEY, para ese tiempo, vivía en las Sierras del Yerbal y tenía un caballo gateado, que por su valor y garantía de buen pingo, se había ganado un lugar preponderante entre el vecindario de la zona.-

“El Clinudo”, conocía ese caballo…

Y valido de su fama de “matón sin sueldo”, envió un emisario ante don Segundo, con la respetable consigna de comprarle a cualquier precio el caballo; pero, previniéndole que de no venderlo, se lo quitaría a la fuerza, si así era necesario.-

OXLEY, escuchó al enviado del matrero, pero al cerrar el círculo de la despedida con una rotunda negativa en cuanto al negocio propuesto, también se imaginó que desde ese día “El Clinudo” transitaría los campos y dormiría oculto bajo la noche estrellada, llevando a la espalda, ése, su nuevo enemigo.-

Todo, se desarrolló con tremenda celeridad.-

Una madrugada, a la salida de un baile en las Sierras del Yerbal, el paisano y el matrero, se encontraron mutuamente, midiéndose la voluntad y la bravura con la sola frialdad de las miradas.-

Pero “El Clinudo”, ganó el campo y huyó en su caballo a toda carrera.-

Don Segundo, le cerró de piernas al gateado que montaba y después de una corta persecución, empardó la carrera del otro caballo, volteó a su oponente, se tiró y lo apretó en el suelo, quitándole el facón y por último, lo inmovilizó atándolo con el maneador.-

Después lo condujo a Treinta y Tres y lo entregó en el edificio de la Jefatura Política y de Policía de la incipiente Villa.-

Así terminó el periplo de fechorías y desencuentros para Alejandro RODRIGUEZ, quien el 26 de agosto de 1895, en la Cárcel Montevideana, se auto eliminó, degollándose. Tenía solo 23 años de edad y sobre su fama, más que siniestra, pendía el punzante estigma del robo y del homicidio…

Por su parte, como centro de atención de estas páginas y en un viejo rancho ubicado en la confluencia de las calles Fortunato Jara y Lucas Urrutia, de Vergara, se iba apagando como un candil, la vida de don Segundo OXLEY.-

Viejo, pobre y cansado de las revoluciones, acompañado por una vecina que le ayudaba a curar las viejas heridas de 1870 (dos lanzazos) y de 1904 (un tiro de fusil), con yuyos, con agua fría y cataplasmas, en 1935, aconsejó sabiamente a sus hijos mayores, que huyeran para el Brasil, en lugar de seguir la intentona revolucionaria de Basilio MUÑOZ.-

Tenía razón el viejo, porque la misma, se disolvió a los nueve días de iniciada.-

Había muerto doña “Nena” RIVERO, su antigua compañera, madre de la mayor parte de sus hijos.-

Ya no quedaban matreros, ni desertores, ni revoluciones a lanza y a fusil. Los caudillos vegetaban en su aislamiento de olvido e indigencia. Más allá del Dr. GOROSITO TANCO, quien a menudo lo visitaba, compartiendo horas, causa y experiencia con los más variados yuyos y las más intrincadas curaciones…

Tenía casi 90 años, cuando cerró los ojos a la vida don Segundo OXLEY y cuentan que en el delirio provocado por su creciente senilidad aunada a la fiebre que le provocaba una enfermedad terminal, pretendía sentarse en la cama y daba órdenes, como mandando en el medio de la batalla: - Pa` lante carajo!! …Pa` lante carajo!!... Lanza en mano y de galope tendido….

Pero además, entre el mundo irreal que navegaba, pedía e insistía una y otra vez, con que le arrimaran su caballo de guerra, para montarlo de nuevo y hacer punta en la División… Ese, era su caballo gateado…

Una calle de Vergara, con justicia que se comparte, lleva el nombre del viejo guerrero criollo…

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Esta zona, donde hoy se asienta la ciudad de Vergara, allá por el año 1883, cuando recién empezaban a poblarse las zonas aledañas de Cañada Grande, eran de enormes bañados, con senderos marcados a pata de caballo y densa vegetación, que como una muralla natural, trataban de cerrar el paso, hasta las márgenes pintorescas y semi-salvajes del arroyo Parao.-

La tradición oral que imperaba en mi familia materna y en especial las historias que nos contaba nuestra abuela, María Rosa FALIVENI, giraban siempre en torno, a los felinos salvajes, que poblaban el monte virgen, contiguo a las márgenes del Parao.-

La madre de mi abuelo CUELLO, que se llamaba Virginia DAS NEVES y vivía junto a su esposo Germán CUELLO, en un campo ubicado en la Cañada Grande, a una legua más o menos de Vergara, para adelante del Cementerio, venía con sus criadas en un carruaje a lavar la ropa familiar, en las cercanías del Paso Real del Parao.-

Contaba que muchas veces, escuchó potentes rugidos de felinos, que podían ser yaguaretés, pero por suerte jamás pudo ver a ninguno de ellos, sacante de que muchas veces, encontraron sus rastros, supuestos “echaderos” y reses muertas y desgarradas por los consumados carnívoros.-

Y es que eran tiempos, en los cuales esos felinos pululaban como una peste, por la campaña semi- bárbara.-

Corría el año 1889 y aunque el caso ocurrió en el Departamento de Cerro Largo, en el paraje Cañada de Santos, no escapa al tema en cuestión, máxime, con el hondo dramatismo con que se desarrolló.-

Era el rancho del carrero de carreta con bueyes, Eufemio JUAREZ, quien por ese tiempo, estaba momentáneamente ausente del lugar, porque viajaba hacia Treinta y Tres, fleteando con su carreta.-

La mañanita de enero, comenzaba a columpiarse en la tierna alegoría de un cielo color añil, azotado lentamente por un sol abrasador, que de a poquito iba ganando posiciones.-

La esposa de JUAREZ, una joven mujer, lavaba la ropa de su bebé de seis meses de edad, cuando sorpresivamente desde el monte cercano al rancho, emergió gallardo y a rugido limpio, semejante yaguareté.-

La mujer, instintivamente, largó lo que estaba haciendo, huyó despavorida hacia el rancho, tomó el bebé entre sus brazos y recostando una escalera de madera a una de las paredes laterales, trepó de inmediato para la cumbrera del rancho.-

El animal, dueño y señor de la situación, intentó de un salto trepar los peldaños de la escalera, no lográndolo y en ese caso, la misma cayó sobre un costado de la pared de terrón, del humilde ranchito.-

A los gritos de auxilio de la mujer, acudió de galope tendido en el caballo, Eduviges PERALTA, peón de una estancia cercana, que en esas horas andaba recorriendo el campo.-

Casualmente, PERALTA, había prestado el puñal a un compañero de trabajo, que transitoriamente lo necesitaba y al tomar contacto con el hecho que se estaba desarrollando, echó pie a tierra de la cabalgadura y desató el lazo que llevaba a los tientos.-

Tras enlazar el yaguareté y al éste, cortarle el lazo a mordiscones y haciendo gala de sus filosas uñas, PERALTA, no se achicó y en ese caso, desató las boleadoras que portaba en la cintura y se trenzó en feroz lucha con el animal.-

Herido, pero no de consideración logró asestarle dos o tres bolazos en la cabeza al felino, dándolo por tierra, el cual después de quejumbrosos estertores, quedó inmóvil, sin signos de vida.-

Eduviges PERALTA, tranquilamente, reincorporó la escalera, la recostó a una de las paredes del rancho, subió por ella al techo de la vivienda y rescató sanos y salvos a la esposa del carrero Eufemio JUAREZ y al bebé de seis meses.-

Así nomás de sencillo, poder contar este relato, a más de cien años de sucedido…

 

ES UNA YEGUA …MI CORONEL!!

 

Este pago vergarense, fue tierra signada por viejos de barbas blancas, que tenían en su haber muchas historias y leyendas, nacidas al costado de los fogones que templaban los ánimos, cuando la frialdad de la guerra, le había hincado los dientes, a la campaña uruguaya.-

Y es que muchos de esos pellejos, habían sufrido “chuzazos”desde la época de Timoteo APARICIO, como don Segundo OXLEY. Posteriormente, cuando “La Tricolor”, “El Quebracho”, 1897, 1904 y la intentona de 1910, donde al influjo de Basilio MUÑOZ, llegó a tomarse Nico Pérez, con el fin de presionar el gobierno del Presidente Dr. WILLIMAN, muchos más, siguieron una u otra divisa, contando por ende sus hazañas, que lógicamente muy pocos después, se animarían a desmentirlas.-

Innumerables anécdotas de campamento, quedaron grabadas para siempre en la mente de esos viejos de barbas blancas, que habían vivido y sufrido, hasta el alma, la revolución de 1897.-

Desde acá por ejemplo, arrancó con destino a la revolución el Coronel Fortunato JARA, caudillo blanco, nacido en “El Rincón de los Coronel”, en Cerro Largo y que en su juventud, había sido soldado del General Manuel ORIBE, durante el transcurso de la Guerra Grande.-

Estaba viejo, cansado de las guerras, aquejado de reuma, casi tullido y con un incipiente parkinson en su mano derecha, que según sus propias palabras, enunciadas ante un emisario del caudillo Doroteo NAVARRETE, lo evidenciaba como que: - Diande otra guerra… A gatas camino… No puedo ni con el mate…

Sin embargo, esa misma noche, descolgó su vieja lanza, vistió su raído traje militar, ensilló el tobiano negro, se enhorquetó como pudo y salió rumbo a Dragón con el fin de reunir viejos adeptos a la causa, “vivaquear” y unirse por fin, a la vanguardia de LAMAS y de SARAVIA.-

A raíz de lo sucedido con el General Justino MUNIZ, cuando se puso al servicio del gobierno colorado, el Coronel JARA, que siempre lo había acompañado, desertó de esa fuerza, uniéndose entonces al ejército que mandaba Aparicio SARAVIA.-

Dos meses más tarde, el 14 de mayo de 1897, caía para siempre en Cerros Blancos (Departamento de Rivera), cuando un tiro de fusil, le impactó en el corazón, bajándolo del caballo, en momentos que ordenaba a la División Cerro Largo, una carga a lanza. Tenía entonces 77 años de edad…

Pero su destino, quedaría indisolublemente ligado al del también caudillo blanco, oriundo de Cerro Largo, Coronel Juan Francisco MENA, quien fuera herido en esa batalla y al retirarse de la pelea seguido por su gente, rumbo al Brasil, Jara, con su División, fue a cubrir el claro que había quedado, con las consecuencias ya descritas.-

Se comentaba, que el día antes de la batalla de Cerros Blancos, con las Divisiones acampadas y el enemigo a la vista, el Coronel MENA, que había visto morir a su padre, el cuadillo blanco Ignacio MENA, lanceado en 1871, cuando la batalla de “Chafalote” (Departamento de Rocha), tenía formación militar en el ejército argentino y se había fogueado como tal, en la campaña contra los indios de la pampa; ordenó al “trompa” de su confianza: - Toque clarín, para que lleven a dar agua a los caballos…

Así cumplió el soldado y MENA en persona, salió de su carpa y se puso a supervisar la orden que había impartido.-

De pronto, su mirada atenta y previsora, logró advertir que un equino había quedado atado al maneador y entre relinchos, que hacían temblar la tierra, se deshacía por seguir a los de su especie.-

Entonces el Coronel MENA, sin dudar un instante, nervioso y rígido militar como era, pegó un grito, lleno de energía y pujanza: - Quién fue el relajao que dejó ese caballo atado en el maneador?...

Uno se descubrió, parándose firme y sacándose el sombrero: - Fui yo… Mi Coronel!!

MENA, que era de poco genio, echando chispas por los ojos, le gritó: -Usté no escuchó el clarín que ordenó darle agua a los caballos?...

Y el otro, sin inmutarse para nada ante la reprimenda del Coronel MENA, parado siempre firme, con el sombrero en la mano, le contestó: - Es que no es caballo… Es una yegua, mi Coronel!!

MENA, giró sobre los talones, le dio la espalda al combatiente y se perdió carpa adentro, haciendo “pucheros” para no reírse…

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Ya me referí anteriormente, a doña Dolores MORENO DE ROBAINA, la mujer de don Felipe.-

Una madre, a la antigua usanza, como decía siempre mi padre.-

Había seguido a su esposo desde Florida, en el tránsito migratorio, que buscaba principalmente, paz y prosperidad. Hasta las llanuras extensas, llenas de horizontes y sonidos, que les deparaba la Costa del Sarandi Grande. Enclavada en una orilla fluvial, del enorme corazón del Rincón de Ramírez. Había criado a una familia numerosa. Había vivido las vicisitudes de la guerra civil y por sobre todas las cosas, cuando ya residía en Vergara, vio expirar en sus brazos a su hija Telma, como consecuencia de una pequeña cirugía, que le practicara el Dr. BLANCO, a efectos de drenarle un flemón.-

Había compromiso laríngeo a causa de la creciente infección y el médico, en momentos de practicar la incisión con el bisturí, se le fue la mano, cortando un vaso sanguíneo, con el consiguiente epílogo de una hemorragia fatal.-

El Dr. Andrés BLANCO, que era Médico Cirujano, fue el primero en acusar aquel golpe fatal. Pues, tomó asiento solitariamente en una de las sillas del comedor de la casa, arrimó otra contigua y sobre el espaldar de esta última dejó caer sus dos brazos, mientras en el interior de los mismos, escondía su rostro apesadumbrado. Los ROBAINA-MORENO, embargados de pena, hasta las lágrimas, supieron igual dispensar un gran respeto y una gran estima, por aquel médico, que en sus actos ético- profesionales, se había comportado como el caballero que era.-

Como todas las casas antiguas, el comercio de los ROBAINA, tenía bajo su planta física un enorme sótano, donde se entraba casi  que parado y se accedía al mismo, por una puerta-trampa ubicada en el piso de pinotea.-

Como la temperatura del sótano era agradable, gracias a la oscuridad que tenía y a un pequeño tragaluz que daba hacia el patio principal de la casa, allí, se acondicionaban encima de un zarzo de madera, quesos, fiambres y dulce de leche; mientras que sobre el piso de Pórtland, sin lustrar, se depositaban damajuanas de vino de 10 litros de “LOS CERROS DE SAN JUAN”.-

En tiempos de mi padre, cuando enero apretaba con sus días de calor, él, metía para allí un catre de lona, un alargue de luz eléctrica con portátil y disfrutaba tranquilamente, de las tales siestas.-

Una noche, de hace varios años atrás, después que los ROBAINA habían cerrado el comercio y se encontraban cenando, doña “Lola”, tomó una vela, la encendió y tras su lumbre temblorosa, fue a verificar, puerta por puerta, ventana por ventana, trancas y pasadores, en el interior del comercio.-

Pero he aquí, que la puerta trampa del sótano, involuntariamente había quedado abierta y la mano de la providencia, guió a doña “Lola”, que pasando a centímetros del lugar, ni cuenta se dio del hecho.-

Podía haber caído en aquel lugar oscuro, desde una altura aproximada a un metro setenta, golpearse cualquier hueso, incluso fracturarse o provocarse una conmoción cerebral, con consecuencias irreversibles.-

Pero al otro día, cuando las labores del comercio estaban por recomenzar su jornada, los ROBAINA, encontraron la puerta levantada y rápidamente intuyeron el peligro al cual había estado expuesta doña “Lola”, la noche anterior.-

Hicieron cerrar la puerta de firme y para aventar toda clase de peligros, ordenaron construir un nuevo acceso, por el interior del depósito contiguo al comercio.-

Años después, con mi hermana mayor, hacíamos alguna incursión que otra al sótano a efectos de comer algún trozo de salame con queso semiduro.-

Mi padre, también hacía sus incursiones al lugar, pero con el único fin, de tomar alguna que otra cañita blanca, cuya botella escondida en un rincón, escapaba de la vista de mi madre, por la oscuridad del lugar y su incómodo acceso al mismo.-

Nosotros, ni chistábamos del secreto de mi padre…

 
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Ciudadano ejemplar, respetable, de gran coraje y muy buen vecino, solo se sabe que era nacido en el Departamento de San José.-

Fue soldado nacionalista en las revoluciones de 1897, 1904 y 1910, habiendo sido Comisario en l897, cuando BERRO era el Jefe de Policía de Treinta y Tres, en la Cuarta Sección del Departamento.-

De su estancia en ese cargo, quedaron documentadas al menos dos acciones que le valieron las credenciales de hombre guapo y decidido: la captura del matrero Juan ALMEIDA, después de enconada lucha y la pelea a facón con Canuto PORTELA, donde quedaron heridos los dos y BARBOZA, tuvo que huir, sin lograr detenerlo.-

Posteriormente, trabajó en empleos rurales, fue capataz del inglés JEFFERIES entre otras cosas, “Comisario del Pueblo”, cuando la revolución de 1935 y después cuando la construcción de la vía férrea, en el ramal Treinta y Tres – Río Branco, trabajó como Sereno, cuidando bienes y campamentos de los ingleses.-

Tenía una yegua oscura de andar, que se llamaba “La Loca” y para su época fue un hombre culto y visionario. Gente de su época, lo describían como un hombre alto, delgado, muy nervioso en sus actos, de charla amena y gran cuentista, conocedor de almas y de paisajes.-

Viejo y enfermo, fue llevado por un sobrino para la ciudad de Montevideo, falleciendo en la misma, desconociéndose a que cementerio fueron a parar sus restos.-

 

 

Jorge Carlos MUNIZ CUELLO

Vergara, 11 de febrero del 2009

 

 

Material Jorge Muniz 

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Fue el primer médico que se estableció en Vergara y además de tener consultorio particular (en la calle Marcelo Barreto, contiguo al hoy edificio del Banco República, casa donde reside la familia RODRIGUEZ-CABRERA), también fue el primer médico de Policía, que hubo en el Pueblo.-

Había nacido en Milán (Italia) en el año 1854 y falleció en Pan de Azúcar el día 10/12/915, a causa de un accidente vascular encefálico.-

Tenía 61 años de edad.-

Era hijo de Juan Bautista SALA (Ingeniero de Profesión, que intervino en la construcción del túnel de Simplón, bajo los Alpes, entre Italia y Suiza) y de Teresa CONSONNO, habiendo tenido solo un hermano varón, que luego se convirtió en Presbítero.-

Egresado de la Universidad de Pavía, con título habilitante de Doctor en Medicina y Cirugía, llegó en un vapor, al Puerto de Santos (Brasil) en el año 1878, revalidando su título en la tierra brasilera.-

Al año siguiente, se dirigió al Uruguay, donde el día 3 de febrero de 1879, revalidó título como tal, pasando inmediatamente, a desempeñarse como Médico del Lazareto de la Isla de Flores. Posteriormente, su vida itinerante lo llevó a ocupar diversos destinos en la profesión, contándose entre varios: Médico de la Sanidad del Puerto de Montevideo, Médico de Policía de San Fructuoso (hoy Tacuarembó), de Santa Rosa del Cuareim (Artigas), de Paysandú, de Fray Bentos, de Buenos Aires, de Ombúes de Lavalle, de Vergara y por último, de Pan de Azúcar (Maldonado) donde ejerció como Médico del Banco de Seguros.-

A fines del año 1911, cuando residía en Ombúes de Lavalle (Dpto. de Colonia) y tenía 57 años de edad, contrajo matrimonio en Buenos Aires, con la Sra. Juana ROJAS BURGOS, de 27 años de edad, originaria de Andalgalá (Provincia de Catamarca- Argentina).-

El día 2 de enero de 1914, nació en Vergara el único hijo del matrimonio, al que dieron el nombre de Romeo.-

Fue muy querido en la zona, dejó muchos amigos al irse del Pueblo (entre ellos al Juez de Paz don Guillermo TERRA, quien conservó la única foto existente de SALA), distinguiéndose por su hombría de bien, abnegación y desinterés, no legando fortuna alguna a sus sucesores, terminando sus días,  casi en la indigencia.-

Para la posteridad dejó un libro escrito, editado en la ciudad de Buenos Aires, en el año 1903, acerca de vivencias recogidas en el trabajo con escolares en la zona de Fray Bentos.-

El gobierno del Dr. Feliciano VIERA, a instancias del Médico Dr. José SCOSERIA (que fue muy amigo del Dr. SALA) en prueba de todos los servicios realizados en forma honoraria por éste, otorgó mediante una ley votada en ambas Cámaras, una pensión graciable para la viuda Sra. Juana ROJAS, quien aquejada de una enfermedad crónica, no podía trabajar.-

23/06/915.- Son trasladadas a Treinta y Tres, por el mayoral Juan LAGRECA, las mujeres: Filomena y Paulina SEQUEIRA, Cornelio e Higinia ALMADA, Eulalia PEREIRA y Juana SOSA (al parecer todas ellas eran “mujeres de la vida”).-

15/08/915.- De un tiro de revólver en el cuello, cae muerto en la calle Carolino Vergara (próximo a Manuel Coronel- cerca de la casa de Gonzalo RODRIGUEZ), la persona Porfirio MARTINEZ, alias “El Firoca”, siniestro personaje de la noche vergarense. A la llegada de la Policía se encontraban rodeándolo: Cosme ARAUJO, Eusebio ALMADA y Adelaida MENDEZ “La Toranza”, mujer ésta, nacida en las Costas del Olimar Grande y que llegó a este pueblo, traída por el matrero TORANZA, quien la abandonó en su huída hacia el Brasil. Ella se volvió prostituta y famosa peleadora, defendiéndose según contaban los de esa época, con una piedra de boleadora que llevaba siempre atada a una de sus muñecas y oculta en el interior de la mano.-

Este homicidio nunca fue aclarado.-

29/09/915.- En casa de Manuel PIRIZ (Maneco) en “Picada de Piriz”, el chacrero Evaristo MARTINEZ, se ahorca con una coyunda, colgándose de una tijera, en el interior de una pieza.-

01/10/915.- Un cajón de kerosén costaba 3,80 pesos.-

09/05/916.- El Comisario MUIÑO, comienza a usar para la firma de los partes enviados a Jefatura, un sello con sus iniciales en letras góticas.-

01/08/916.- Son devueltos por los mayorales LAGRECA y PEREIRA,: un Sargento, dos Cabos y siete Soldados del Batallón de Infantería Nro. 6 (hoy Batallón de Infantería Mecanizada Nro. 10) que se encontraban destacados en Vergara.-

10/01/917.- El Dr. Andrés C. BLANCO (que había llegado a Vergara en el año 1916) y era Médico Cirujano Partero, extrae a Cristino NOBLE en Costas de San Francisco (2da. Sección de Treinta y Tres) un proyectil de arma de fuego, salvándole la vida. (No consta de que zona lo extrajo).-

 

LA  POLICIA  VECINAL

 

El 4 de noviembre de 1910, en un hecho no muy publicitado por la historia uruguaya, el caudillo blanco Basilio MUÑOZ, que era Escribano de Profesión, había estado en la Carga de Arbolito en 1897, en 1904, había estado en la Batalla del Paso de los Carros, comandando la Segunda División Nacionalista con el grado de Coronel y por último, tuvo amplia participación en Masoller, como hombre de confianza del General Aparicio SARAVIA, se levantó en armas contra el Gobierno del Presidente Claudio Williman.-

Seguido por un grupo de leales, MUÑOZ, tomó por asalto el Pueblo de Nico Pérez, se atrincheró en el mismo y resistió por dos días a las fuerzas gubernistas, pactando luego un alto al fuego, con amnistía incluída.-

Pero he aquí que conocida la noticia en todo el país y principalmente en esta zona, donde MUÑOZ, tenía viejos camaradas y nobles adeptos, muchos se levantaron en armas y uniéndose en pequeñas divisiones marcharon con destino a Nico Pérez, a ponerse a órdenes del caudillo.-

Desde Treinta y Tres, salió una División al mando de Luciano MACEDO, que también era Escribano de Profesión, con muchos adeptos en esta zona y por todo eso, las fuerzas policiales, tuvieron que redoblar sus servicios, incorporar más hombres y crear así la Policía Vecinal, que ya había tenido sus adeptos en 1904.-

Estos se encargaban de rondar las casas de los vecinos, perseguir y detener a los bandoleros, con atribuciones accidentales y específicas, para el cargo que ostentaban.-

En el caso de mi abuelo materno Adramantino CUELLO DAS NEVES, fue Policía Vecinal cuando la revolución de 1904 y lógicamente, el gobierno para ese fin tomaba en sus filas a personas jóvenes, decididas y que fueran adeptos al Partido Colorado.-

Igual situación se vivió en 1910. Y consta en los partes policiales de esa época, que el mismo Comisario MUIÑO, con total anuencia del Sr. Jefe Político y de Policía, previendo una revolución, que no fue tal, nombró a varios ciudadanos jóvenes para reforzar las filas policiales, cesando a algunos de ellos, una vez terminada la revolución.- Tal fue el caso de Omar ROJAS, quien después de la intentona de 1910 pasó a desempeñarse como peón rural. No así Casimiro CABALLERO, quien había sido servidor del Partido Colorado, en 1904 y luego, incorporado a la policía en el año 1910, continuó su carrera policial en esta Comisaría hasta jubilarse como Sargento.-

Por última vez, en enero del año 1935, ante la inminente revolución acaudillada otra vez por Basilio MUÑOZ (que tenía ya 73 años de edad), un grupo de ciudadanos de este pueblo, volvieron a formar la Policía Vecinal, bajo el mando de don Francisco BARBOZA, que en el año 1897, había sido Comisario en la Cuarta Sección del Departamento de Treinta y Tres.-

El Comisario de esta Seccional era un ciudadano, caudillo “sosista” del Partido Colorado, hacendado, con campos en la Tercera Sección del Departamento de Treinta y Tres, llamado Pedro Martín ZULUAGA y a quien todos los vecinos y vecinas del pueblo lo conocían por el mote de: “Baigorra”. Vivía en la casona situada en la confluencia de las calles Bernardo Berro y Gral. José Artigas de esta ciudad, que hoy se encuentra totalmente abandonada y carente de techos y pisos.-

Como en el año 1935, ZULUAGA, tuvo que salir a campaña, dado que según los comentarios se habían levantado en armas, los caudillos blancos: Palmiro FERNANDEZ, el Escribano Pedro MENDEZ VALLONY y Brígido GIGENA, todos ellos hacendados de la zona de Otazo y Leoncio, en esta jurisdicción; don Francisco BARBOZA, que ya era veterano, tomó la Comisaría y se autodenominó “Comisario del Pueblo”. Incluso se colocó un manguito en el brazo izquierdo, donde lucía la inscripción antes mencionada.-

A los nueve días de iniciado el conato de revolución y luego de los ataques de Paso de Morlán (Colonia) y Picada de los Ladrones (Cerro Largo), Basilio MUÑOZ y sus seguidores, vieron disipada la causa emprendida y sin pensarlo ni un momento más,  huyeron para el Brasil, siendo amnistiados posteriormente.-

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Nacido el día 7 de agosto de 1880 en la Chacra de Pomatta (aledaños de Treinta y Tres), fallecido el día 8 de setiembre de 1957, en el Hospital de Treinta y Tres.-

Era hijo de Don Gabriel GUERRA y de doña Petra GOMEZ (ambos originarios de Castilla La Vieja- España).-

Autodidacta. Era de complexión delgada, bajo de estatura, pelo negro, rostro aindiado y algo introvertido. Vestía siempre ropas oscuras, usaba barba entera y era común verlo con los flecos del poncho negro con listas rojas, que casi siempre usaba, metidos de a uno por vez, en la boca, como disimulando un problema de ansiedad.-

En 1904, fue escribiente de la división colorada de Basilisio SARAVIA y por ende, compañero de José Germán MUIÑO.-

En 1906, era pulpero en Puerto Gómez (paraje sobre el río Cebollati, próximo a la Charqueada) y en 1911, era Sub-Comisario de la Policía en la 3era. Sección de Treinta y Tres (Pueblo Rincón), donde según sus mentas un mediodía de monte en el río Tacuarí, compartió fogón y asado, con el matrero Martín AQUINO.-

En 1913, era Sub-Comisario en Vergara, hasta el incidente del día 22 de junio, ya detallado anteriormente.-

Además, fue poeta y acompañaba sus décimas con la guitarra, adoptando el seudónimo artístico de “Luz Negra”, a pesar de que sus amigos íntimos, siempre le llamaron por el mote pintoresco de “Gabrielito” o “Guerrita”, atendiendo sin dudas a su físico delgado y pequeño.-

Sus obras, diseminadas por los boliches y casas de campaña, de diferentes pagos y en especial de la zona de la Charqueada, lograron sobrevivir al tiempo y conocieron registros discográficos en las voces de Ruben LENA y del cantor Nicomedes MOTTA.-

Fue amigo, entre otros, del guitarrista Telémaco MORALES, del poeta Valentín R. MACEDO, del canta-autor Atahualpa YUPANKI y del historiador Oscar “Laucha” PRIETO.-

Cuando desertó en 1913, huyó para la casa de Ángel GOMEZ (cerca de Puerto GOMEZ) y allí se mantuvo durante gran parte de su vida, pasando a residir sus últimos años, en Treinta y Tres, en la casa de su sobrino Gregorio GUERRA (ubicada en el Barrio Benteveo) contigua a la Ruta 17 y calle 4 de junio.-

 

 

SIGUE  LA  HISTORIA

 

Como la Comisaría funcionaba como Cárcel, para delitos menores: el 06/07/913, se remitía la cuenta de gastos a Jefatura de 4 pesos: “Francisco PADULA, Nicolás SCARANO, Luis PADULA y Justiniano PREGO”. Estuvieron detenidos tres días por el problema del Sub-Comisario Gabriel GUERRA.-

“Almacén (Floro CURBELO) $ 3.00 -  Carnicería (José B. PIÑEIRO) $ 4.00.-  Total $ 7.00”.-

15/10/913.- Avelino FREIRE cobra $ 3.20 a la Comisaría por arreglo de 8 sillas.-

25/10/913.- A la hora 12:00’, se presenta el Sub-Comisario Estanislao BALCEDO a prestar servicios en esta Comisaría.-

04/11/913.- Es trasladada a Treinta y Tres, por el Guardia Civil Sebastián MUÑOZ, la mujer Elisa BRINKERFF DE GUERRILLA “por probable enajenación mental”.-

01/01/914.- En aguas del Arroyo de Oro, se ahoga el moreno Pronunciación CORREA. El Teniente Alcalde Jesús R. EGUREN no pudo ir al levantamiento del cadáver, porque estaba enfermo.-

25/05/914.- El Comisario MUIÑO, comunica al Sr. Jefe de Policía, que en el tambo de Arturo CUENCA Y LAMAS (San Francisco), habían 17 vacas, raza Flamencas, puras, traídas desde el extranjero.-

Arturo CUENCA Y LAMAS, descendiente del linaje del Coronel Diego LAMAS, era estanciero, tambero y artesano en subproductos de la leche, los cuales fabricaba y enviaba para la venta, por tren, a Montevideo.-

15/10/914.- El Dr. Pedro SALA, se retira de Vergara y el día 28 del mismo mes, formaliza por escrito al Sr. Comisario MUIÑO, su renuncia como Médico de Policía, aduciendo en la misiva presentada, problemas de salud.-

 

 

Material Jorge Muniz 

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Es poco, lo que se conoce de sus datos biográficos, dado que según cuentan, su carácter huraño y taciturno, como hombre de pocas palabras que era, lo llevaron a no comentar  aspectos de su vida, con los familiares directos.-

Muchos vergarenses que aun perduran en el tiempo, lo llamaron siempre, por el apodo de: “El Viej’Ocle” –según Serafín J. GARCIA, que lo conoció y lo trató con aprecio- en el afán necesario “de acriollarle el apellido”.-

Habría nacido en la Costa del Olimar Grande (hoy, jurisdicción de la Séptima Sección de Treinta y Tres), era descendiente de inmigrantes ingleses y joven aún, se plegó a la causa revolucionaria de 1870, militando como lancero, a las órdenes del General Ángel MUNIZ y en el contingente armado que lideraba el caudillo nacionalista, General Timoteo APARICIO.-

De estatura baja, no muy robusto, con el cabello y la tez clara, con el coraje probado y un gesto en la dicción, que al hablar lo caracterizaba (decía jumm! jumm! – al terminar cada frase-) don Segundo OXLEY, fue herido de dos lanzazos durante la revolución de 1870 y en el año 1886, cuando la abortada Revolución del Quebracho, participó de la misma, no quedando muy clara su actuación, pero al parecer sirvió con el General Justino MUNIZ y con el Comandante Fortunato JARA, en defensa del Gobierno instituido por el Capitán General Máximo SANTOS.-

Finalizada la revolución, retornó a sus pagos treintaytresinos, dedicándose a las tareas del campo, como un simple vecino más.-

Pocos años después, en la zona conocida por el Rincón de Olivera, capturó en un memorable “mano a mano” al joven y famoso matrero: “El Clinudo” o “Manta Ruana” (llamado así  por el largo y el color de su ostentosa cabellera) cuyo verdadero nombre era Alejandro RODRIGUEZ y tenía poco más de veinte años.-

La captura, se produjo a la salida de un baile llevado a cabo en una casa, ubicada en las Sierras del Yerbal, en virtud de que unos días antes “El Clinudo” había mandado un emisario a decirle a OXLEY, que le codiciaba su caballo gateado (con probada fama de buen pingo) y al no poder concretar la compra del mismo,  que se lo quitaría a la fuerza, incluso, matando al dueño, si fuere necesario.-

Sabedor de todas estas condiciones impuestas, OXLEY, andaba buscando al matrero, que en el año 1882, liderando una gavilla de forajidos, había dado muerte a un pulpero y a su peón, en la zona del Avestruz Chico. Y ese día, tras breve persecución,  “caballo a caballo”, volteó al matrero de la cabalgadura, le quitó el facón que portaba, lo amarró con el “maneador” y lo entregó preso en la Jefatura Política de Treinta y Tres.-

Luego de finalizada la revolución del 97, pasó a ser el Comisario en esta Seccional y ya no se iría más de Vergara, donde compartió muchos años de hogar, con su compañera “Nena” RIVERO, con quien tuvo varios hijos, sin haberles legado el apellido.-

La revolución de 1904, lo encontró nuevamente en campaña junto a las huestes que comandaba el General Aparicio SARAVIA y militando como Comandante en la División Treinta y Tres, que mandaba el Coronel Bernardo G. BERRO.-

Contaba de ese tiempo, que en pleno invierno, bajo una lluvia persistente y frío que le calaba hasta los huesos, hizo un largo recorrido a caballo, hasta un paraje conocido como Corral de Sopas, junto con el Dr. Luis Alberto DE HERRERA y como no tenía alpargatas para ponerse, ni dinero para adquirirlas, iba descalzo.-

Fue herido en una pierna en la batalla de Tupambaé (donde le mataron el caballo y tuvo que retirarse de a pie llevando a rastras a un compañero del campo beligerante, también herido y quien desde el suelo clamaba: “No me deje Comandante!!! Que los salvajes me degüellan.”). Poco después, se cuenta que doña Nena, curó la herida del veterano guerrero, con yuyos, agua fría y “emplastos”.-

Luego, también él, se haría famoso por sus curas con agua fría y recetas con yuyos, compartiendo sapiencia, causa y amistad, con el Dr. José GOROSITO TANCO, que en la década del 30, se estableció como Médico en Vergara.-

Postrado en cama, indigente y enfermo, no pudo participar de la intentona levantisca de 1935, contra el gobierno del Presidente Dr. Gabriel TERRA y en ese caso, aconsejó a sus hijos que huyeran para el Brasil, antes de ser apresados por las fuerzas leales al Gobierno.-

Una enfermedad terminal abrevió sus días.-

Tenía casi noventa años y murió  en un rancho, ubicado en la confluencia de las calles Fortunato Jara y Lucas Urrutia, de esta ciudad, delirando con revoluciones y pidiendo el caballo gateado. Lo acompañaba Isabel BRUN (con quien tenía un hijo en común, de nombre Eusebio) y su pobreza era tal, que día a día vecinos y vecinas caritativas, además de las visitas médicas que le hacía el Dr. GOROSITO, le acercaban los alimentos esenciales para que al menos pudiera morir dignamente.-

 

VEINTE  AÑOS  COMISARIO…

 

En el año 1904, luego de finalizada la revolución, se hace cargo de la Jefatura de Policía de Treinta y Tres, el Coronel Basilisio SARAVIA, caudillo colorado, residente en el Departamento y entre otras cosas más, nombra Comisario de la Segunda Sección Policial, al Sr. José Germán MUIÑO NALERIO.-

Este, cronológicamente, fue el segundo Comisario que hubo en esta Seccional. Era nacido en las Costas del Arroyo de Oro, donde residían sus padres y hermanos y desde muy joven, había seguido las revoluciones partidarias, en especial a la División colorada de Basilisio SARAVIA, tras lo cual por mérito propio, se convirtió en uno de los secretarios de confianza, ganándose en el campo de batalla, sus galones como Teniente Primero, del Ejército Nacional.-

Su esposa fue, doña Jorgelina MALVAREZ.-

Vivían frente a la Comisaría, en una casa de material, techada de zinc, de dos aguas (donde hoy reside la Dra. María Elena MACHADO) y el uniforme, una de las espadas y las borlas, que usaba este Comisario, le fueron regaladas especialmente por el Presidente don José BATLLE Y ORDOÑEZ.-

La otra espada, que aún se conserva en Vergara, le fue regalada por el Coronel Basilisio SARAVIA y en su acero toledano, se puede leer sin problemas, el orgullo patente de la inscripción: “EJERCITO NACIONAL 1904”.-

Ostentoso en la forma de vestir, de estatura baja y complexión regular, el Comisario José MUIÑO, fue persona ilustrada e influyente para la época y reconocido en su tiempo por su aversión a los inmigrantes italianos, lo que a su vez, terminó costándole una severa observación de parte del Señor Jefe Político Coronel Basilisio SARAVIA, ya que uno de esos inmigrantes (Francisco PADULA – el dueño del Altillo frente a la Plaza-), en primera instancia se trasladó a la ciudad de Montevideo por sus propios medios y se quejó de persecuciones, ante el Consulado Italiano. Posteriormente y no conforme con eso, el mismo PADULA, escribió a un primo-hermano (Ricardo PADULA) que residía en Roma y ostentaba el cargo de Prefecto, explicándole que era centro de persecución por parte del Comisario MUIÑO, solicitándole al familiar, que le diera trámite ante las autoridades competentes. Lo que éste realizó, con el final antes mencionado.-

Pero el Comisario, también tuvo problemas con el periodista PASEYRO Y MONEGAL, a quien más de una vez le censuró los artículos que aparecían en “LA VOZ DE VERGARA”, determinando con estas acciones, que un día PASEYRO Y MONEGAL, quien además era maestro y daba clases particulares, tuviera que irse del Pueblo conjuntamente con la familia.-

Pero a pesar de todo eso el Comisario José MUIÑO, ejerció el cargo veinte años y se retiró de la función en 1924, cuando el mismo, reflexionó para sus adentros y consideró que su ciclo como Policía, estaba cumplido.-

De su tiempo, quedaron constancias escritas en los libros de la Seccional y es dable apreciar que se encontró con un pueblo que comenzaba a crecer incipientemente, al influjo de inmigrantes italianos, alemanes, belgas, franceses, españoles, etc. y él, tuvo su papel preponderante en la cultura y urbanización del mismo, teniendo que enfrentar y dirimir, los más variados e intrincados temas, que hoy, a más de cien años de ocurridos, merecen ser destacados:

1/3/1906.- Otorga permiso y fiscaliza bailes de disfraz y actividad en la vía pública, con motivo de las fiestas del carnaval. Entre ellos solicitan permisos para disfrazarse, las personas: Francisco PADULA, Roque PADULA, Dorotea FERNANDEZ, Eusebio ALMADA, Bonifacio NIZ, Belisario DUTRA y Belarmino SILVERA.-

13/5/1906.- Se inaugura la línea telefónica desde Jefatura a esta Seccional. Controlada por un Inspector de Línea, que se desplazaba a caballo, era funcionario de Jefatura y eventualmente residía en Poblado “El Oro”.-

5/8/1906.- Otorga permiso para californias al vecino del paraje “San Francisco” (hoy Segunda Sección) Sr. Anacleto MACHADO. Cada entrante debía pagar 2 libras esterlinas (Valor - $ 9.40).-

1/12/1906.- Comunica al Oficial Primero de Jefatura (hoy Sub-Jefe de Policía) que los días 20 y 21/11, había aparecido en la Sección una manga de langostas, tras la seca del año 1905.-

Para ello, formó un grupo de voluntarios con palos, latas con piedras y fuego, para trabajar en la extinción de la langosta saltona, que procedía de la selva paraguaya, medían unos cinco centímetros de largo, eran marrones, se reproducían con enorme facilidad y arrasaban con todo tipo de cultivos, en cuestión de pocas horas.-

Es interesante mencionar que según viejas crónicas orales, hubo gente que enloqueció, al ver la invasión de las langostas, incluso llegaron al suicidio, al ver perdidos sus sembradíos, que tanto trabajo les habían reportado. Otros por su parte, relacionaron la invasión con uno de los tantos castigos divinos, que menciona la Biblia.-

15/9/1908.- Hay en el pueblo 48 casos de difteria complicados con sarampión. El farmacéutico Dino BOUNOUS, solicita se llame al Médico de Policía. El Comisario MUIÑO, asiente y concurre desde Treinta y Tres, el Dr. Manuel CACHEIRO.-

1/7/1910.- El comisario le da ingreso en el personal de la Sección al Guardia Civil Andrés Marta “Oriental, 20 años, soltero, estatura reg,, cuerpo grueso, color morocho, pelo negro, lampiño, boca chica, nariz id,, ojos castaños, no tiene instrucción”.-

Este hombre, después en el pueblo, se le conoció por el “Indio” MARTA, entre otras cosas: servidor de los colorados en la contienda de 1904, zafrero del Arrozal “33”, guitarrero, cantor y dueño de una chacra en los aledaños de la Ruta 91, esta Sección.-

4/11/910.- El caudillo blanco, Escribano Basilio MUÑOZ, se alza contra el gobierno del Presidente Claudio WILLIMAN, seguido de varios leales, toma por asalto el Pueblo de Nico Pérez, se atrinchera en el mismo y resiste dos días al cerco de las fuerzas gubernistas. Posteriormente sobreviene el alto al fuego con su consiguiente amnistía.-

Pero previendo el fantasma de otra revolución, el Comisario MUIÑO, debidamente autorizado por el Sr. Jefe Político y de Policía de Treinta y Tres, da de alta a varios ciudadanos jóvenes y decididos, que pasan a engrosar las filas de la Policía de esta Seccional. Finalizado el conato revolucionario, muchos de ellos quedan cesantes.-

31/12/1910.- El Comisario Héctor CORREA, de la Tercera Sección trae para Policías de la Novena Sección: “65 sombreros, 65 ponchos y 36 pares de alpargatas”.-

3/4/1911.- El Sepulturero Sr. Benigno LEMOS, encuentra un cajoncito en el cementerio de Vergara (hoy Plazoleta de Deportes “La Cuchilla”) atado con un paño blanco y un papel con el nombre Bibiana FLEITAS. En su interior había restos de una niña nacida a término.-

1/5/1911.- Los turcos Domingo MAIQUE y Jorge ABRAHAM, establecen tienda, mercería, ropería y almacén en Vergara, en la calle Meliton MUÑOZ, esquina José ZULUAGA.-

15/6/1911.- El Comisario sugiere a la Municipalidad la construcción de una alcantarilla, sobre la cañada “La Totora”. Esta recién se inauguró el 12/07/1927 insumiendo su construcción y accesos, un costo de $ 1.500°°.-

06/07/911.- A Eusebio ALMADA, se le dispara accidentalmente un tiro de revólver, hiriéndolo en el muslo de la pierna izquierda, en la casa de Juana PEREIRA.-

El, era tahúr, contrabandista con cargueros y en 1897 había integrado la escolta personal del Coronel Diego LAMAS, en el ejército blanco.-

Ella, era una “mujer de la vida” o “mujer de la noche”, como se le llamaba en ese tiempo.-

31/07/911.- Fermín Alberto PEREZ, instala una sastrería en la calle Dionisio Coronel.-

31/08/911.- En la Costa del Arroyo Corrales del Parao, en casa del vecino Juan RODRIGUEZ, el Comisario MUIÑO y otros Policías a su mando, capturan al matrero Fermín MARTINEZ, alias “El Bordado”, a solicitud del Comisario Eufemio MOMBRU, de Río Branco.-

26/09/911.- El primer auto cruza las calles de Vergara. Lo trajo don Arturo CUENCA Y LAMAS, que era estanciero en las Costas de San Francisco (hoy 2da. Sección de Treinta y Tres) y el vehículo sería marca “OVERLAND“, modelo 1909, de procedencia inglesa.-

Hasta la ciudad de Treinta y Tres, lo trajo en un vagón del ferrocarril y desde allí, se vino en él hasta Vergara, pensando entre otras cosas poner una línea regular de transporte que uniera este pueblo, con Treinta y Tres. Pero la precariedad del camino (hoy Ruta 18) lo hizo desistir prontamente de su floreciente idea.-

23/10/911.- El albañil Luis LINERAS (español) termina los cimientos de la actual Comisaría Novena Sección.-

LINERAS, residía en el Pueblo de Vergara desde el año 1899. Había construido la casa que aun se levanta en la confluencia de las calles Jacinto Ruiz y Joaquín Suárez (casa de la familia SCARANO) y en ella, falleció el día 13/11/920 a los 53 años de edad, víctima del “Mal de Bright” (lo que equivaldría en estos momentos a una disfunción renal).-

05/01/912.- Se establece en Vergara, como Médico de Policía, el Dr. Pedro SALA, Médico-Cirujano, nacido en Italia en el año 1854. Venía procedente de Ombúes de Lavalle (Dpto. de Colonia) y fue el primer médico que instaló consultorio particular en el incipiente pueblo.-

01/05/912.- El Guardia Civil Andrés MARTA, quiebra el machete de reglamento al pretender enderezarle la hoja, que estaba torcida.-

31/10/912.- Casto HERRERO, establece sastrería en la calle Bernardo Berro y Amaranto CARRASCO, establece botica, en la calle Hildebrando VERGARA.-

08/11/912.- El carrero Santana BARGAS, trae mobiliarios para la Comisaría 2da. Sección (Comisaría Urbana de Vergara) “Un escritorio cinco cajones. Una mesa escritorio de dos cajones. Una biblioteca puertas vidrieras. Un casillero. Una docena sillas esterillas”.-

09/12/912.- El mayoral OLIVERA entrega en la Comisaría la ropa de verano enviada de Jefatura: “26 bombachas, 20 pantalones, 23 blusas, 23 cascos, dos de estos en mal estado”.-

11/05/913.- El Dr. Pedro SALA, comunica tres casos de difteria en la casa del vecino Marcelino PEREIRA. Posteriormente, curaron todos. Había vigilancia policial en el exterior de la casa, la cual no permitía que se cruzara por las calles aledañas y al ser dados de alta se desinfectó finca y ropas.-

22/06/913.- Un incidente suscitado en el interior de la Comisaría entre el Sub-Comisario Gabriel GUERRA y el Sr. Luis PADULA, finaliza con éste, herido de dos balazos en el brazo izquierdo, Nicolás SCARANO (que había asistido como testigo), herido de bala en el brazo derecho y el Guardia civil Julio CARABALLO, herido de bala, en el muslo izquierdo.-

Los disparos fueron hechos por Luis PADULA y el Sub-Crio. GUERRA, quien creyendo que había matado al primero de los nombrados, huyó de la Seccional, tirando su revólver de reglamento en la vereda de la Comisaría y posteriormente, se volvió matrero y desertor.-

Fue dado de baja por abandono de servicio, el día 31/08/913.-

 

 

Material Jorge Muniz 

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La historia escrita y oral, que registra hechos, vivencias y sucedidos de otro tiempo, ha logrado establecer que en el año 1894, Bernardo Gervasio BERRO, fue designado por el Gobierno del Presidente IDIARTE BORDA, como Sargento Mayor, a cargo de la Policía Volante, que con base en el Rincón de Ramírez, recorría y vigilaba todo lo que hoy constituye la zona de la Tercera y Novena Sección, respectivamente.-

BERRO, había nacido en la ciudad de Montevideo, el día 19 de junio de 1840 y falleció en la misma, el día 28 de mayo de 1913.-

Se inició en las luchas partidarias, como Alférez del General César DIAZ, pero no estuvo presente en la “Hecatombe de Quinteros”, suscitada el día 1° de febrero de 1858 , a orillas del río Negro (Paso de Quinteros), donde perecieron fusilados 152 hombres (entre ellos Manuel FREIRE, que había sido uno de los Treinta y Tres Orientales).-

Años después, solicitó la baja del ejército y se dedicó a tareas de agricultura, en la Quinta que su familia poseía en Manga.-

Pero pocos meses después abandonó la misma y en el año l865, llegó al Rincón de Ramírez, como Administrador de los criadores de merinos “Sociedad Pastoril Cebollati”, cuya planta física, estaba ubicada en estancia “La Pastoril” y ocupaba 16 suertes de campo entre los arroyos Parao y Ayala, con fondos al Cebollati y a la Laguna Merin, Tercera Sección del Departamento de Treinta y Tres.-

En 1894, designado como Sargento Mayor a cargo de la Policía Volante, también integrante de la custodia del Coronel Víctor Atilio PIGURINA, estableció su comando principal en la zona del Rincón de Ramírez adquiriendo importancia como tal, al aclarar el homicidio del súbdito italiano Miguel BURALLO, ocurrido años atrás, en las Costas del Tacuarí, quien había sido descuartizado y ocultado en el interior de un horno de coser pan.-

En 1897, abandonó el cargo de “Primer Comisario del Rincón de Ramírez” para unirse a las huestes revolucionarias del General Aparicio SARAVIA, como Comandante de la División Treinta y Tres (siendo herido en la batalla de Arbolito) y posteriormente, en octubre de ese año, finalizada la revolución, en mérito a sus actuaciones y rectitud moral, fue designado como Jefe Político de Treinta y Tres, actuando en consecuencia hasta el mes de marzo de 1903, cuando dejó el cargo para sumarse al ejército nacionalista, que tras su Jefe, intentó llevar adelante un conato de revolución en el paraje Nico Pérez.-

En 1904, volvió a plegarse al General SARAVIA y comandando la División antes mencionada, estuvo presente en las sangrientas batallas de Tupambaé y Masoller.-

Por último en octubre de 1910, estuvo detenido e incomunicado, en la Jefatura Política de Treinta y Tres, por creérsele involucrado a un movimiento armamentista, que bajo el Comando del caudillo nacionalista Escribano Basilio MUÑOZ, había levantado armas, contra el Gobierno del Presidente Claudio WILLIMAN.-

Como corolario a esta biografía, es de hacer constar que BERRO, quien profesaba ideas católicas, fue Presidente de la Comisión, que puso la piedra fundamental para el inicio de las obras de la Parroquia, en esta ciudad. Y de él, cuentan viejas memorias comarcanas que una vez finalizada la revolución de 1904, en el hall de la Jefatura de Policía de Treinta y Tres, se dio un abrazo con el Coronel Basilicio SARAVIA y ambos acordaron trabajar por el progreso del Departamento, dejando atrás las vicisitudes y los in sucesos de la guerra.-

Material Jorge Muniz 

 

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BREVE   HISTORIA   DE  LA  SECCIONAL NOVENA

 

ORIGENES

 

Los orígenes de la Comisaría Novena Sección de Treinta y Tres, diría que comienzan a gestarse, en el año 1892, más precisamente el día 4 de setiembre de 1892, cuando el señor José FERNANDEZ VERGARA, de origen brasileño, hijo legítimo de José DE CASTRO VERGARA y de María FERNANDEZ, nacido en Canguçú (Río Grande del Sur- Brasil) a principios del año 1800, dona la manzana Nro. 26, delineada por el Agrimensor Manuel CORONEL MUNIZ (que era oriundo de Cerro Largo) perteneciente a tierras de su propiedad, para la Jefatura Política de Treinta y Tres.-

FERNANDEZ VERGARA, cuyos apellidos se deben a que en el Brasil, se antepone el de la madre, estaba casado con la Sra. Graciana GOMES, originaria también de Canguçú y ambos habían llegado a estas tierras en el año 1857, tras adquirir campos en la zona de la Cañada Grande, distante unos diez kilómetros de esta ciudad, por el camino vecinal que pasa por el cementerio.-

Poco o nada, se conoce de ella, más allá de que según expresiones de un viejo habitante de este pago que murió centenario (don José CANDIDO), la misma, habría enseñado a leer y a escribir a muchas personas que habitaban en estos lares, añadiendo en sus comentarios: “Ella fue una maestra…”

De este matrimonio, legalmente, se conoció solo un hijo, que se casó con Enesia PEREIRA, tuvo numerosa descendencia, murió en el Brasil y se llamó: Carolino VERGARA.-

Al que sería fundador del pueblo, se le conoció unido a doña Paula LOPEZ, con quien tuvo varios hijos, pero que no llevaban el apellido VERGARA, y su rancho, ubicado en la calle Fortunato Jara, entre José Pereira e Isidro Tellechea, se conservó hasta la década del año 80.-

En el año 1877, FERNANDEZ VERGARA, quien falleció casi en la indigencia y nonagenario en 1906, adquirió las tierras donde se llevaría a cabo la fundación y en el año 1891, tras la venta de los primeros solares, comenzó a formarse el caserío de “El Parao”.-

A instancias del Pacto de la Cruz, firmado por blancos y colorados el día 18 de setiembre de 1897 y cuyo acto pondría fin a la revolución del 97, seis Jefaturas Políticas (que así se denominaban en esa época) fueron asignadas al Partido Nacional, existiendo para ello un acuerdo verbal entre los bandos en pugna.-

Una de las Jefaturas Políticas concedidas, fue la del Departamento de Treinta y Tres y para eso, el Gobierno Nacional designó como Jefe de la misma, al Coronel Bernardo Gervasio BERRO, caudillo blanco, lugarteniente del General Aparicio SARAVIA e hijo del Presidente de la República Bernardo Prudencio BERRO (escritor, estadista, católico y soldado del Gral. ORIBE en la Guerra Grande), que muriera asesinado en el verano del año 1868, cuando intentó acaudillar un motín político contra el Gobierno del Presidente don Pedro VARELA.-

Así fue que en octubre de 1897, ante la designación del Coronel BERRO, como Jefe Político y de Policía de Treinta y Tres, éste, a su vez designó como Comisario de la Segunda Sección Departamental (hoy Novena Sección), al ciudadano Segundo OXLEY, también de extracción blanca y Oficial de la División Treinta y Tres, que en 1897, comandara el Coronel BERRO.-

Lógicamente, para que no queden dudas, el Sr. SEGUNDO OXLEY, fue el primer Comisario, que tuvo esta Sección.-

 

 

LA   PRIMER  COMISARIA

 

Pero retornando a la historia de esta Seccional, la cual nos involucra particularmente, se anota como dato complementario, que allá por el año 1863 y posterior hasta el año 1894, esta zona era recorrida por efectivos al mando del Capitán TABORDA, de la guarnición militar, sita en la Villa de Melo (hoy ciudad de Melo – Departamento de Cerro Largo), que se encontraba al mando del Coronel José Augusto POSSOLO (yerno del estanciero Juan Pedro RAMIREZ), quienes cumplían funciones policiales, combatiendo a desertores, a probables invasores portugueses y a perros cimarrones que pululaban la zona y eran un verdadero azote para el ganado y los primeros pobladores.-

Posteriormente, cuando se creó la Jefatura Política y de Policía de Cerro Largo, funcionarios policiales al mando de Bernabé RIVERA, primero y luego, del Coronel Higinio VAZQUEZ, cumplían con los cometidos antes destacados.-

Mientras que con respecto a la primer comisaría  existente en este predio, de acuerdo a versiones orales de viejos vecinos de la ciudad, dado que el archivo de esa época se destruyó, estaba construida en un lugar adyacente a este Edificio, con paredes de medio ladrillo, techo de paja, de 17 metros de largo por 5 metros de ancho, con galpón y cocina de igual material.-

Poco se sabe del personal policial del tiempo del Comisario Segundo OXLEY. Más allá de que uno de sus hombres de confianza, era el Sargento Diego VILLA (que había sido su servidor en la contienda de 1897 y tenía probada fama de corajudo), mientras versiones orales que han llegado hasta nuestros días, indican  que los guardia civiles usaban casaquillas militares, algunos, sombreros de ala ancha, otros usaban kepí, bombachas de campo, alpargatas o botas (según las circunstancias económicas y el clima imperante) y el Comisario, prefería más un arreador, de trenza sobada, que siempre portaba consigo, que su propio revólver, con historia de las guerras pasadas.-

El armamento de guerra consistía en un lote de carabinas MAUSER, calibre 7 x 57, modelo 1895, Belga-Alemana, las cuales se encontraban en regular estado y unos sables de caballería, que completaban la dotación de guerra de la Seccional.-

No existían celdas de seguridad y a los detenidos, se les ponía en el “cepo paraguayo” o en “la barra” (de acuerdo a su peligrosidad). Estando el primero de los nombrados, construido en madera de lapacho, toscamente labrada, con cobertura para ambas piernas y se le mantenía cerrado con un mecanismo que terminaba en un candado bastante rudimentario. A su vez, el cepo estaba adosado a una de las paredes de la pieza, denominada comúnmente “cuadra”, en el interior de la Seccional.-

Por su parte, “la barra”, era un trozo de hierro que iba de pared a pared, firmemente sujetado y allí, se ataba al prisionero, uniéndole las dos manos. Cuando por la gravedad del delito cometido, era necesario trasladarlo a Jefatura, lo hacían, atando el detenido con un “maneador” por debajo de la barriga del caballo, y varias vueltas en derredor al tórax, inmovilizándole los brazos.-

Viejas memorias orales, contaban que el Comisario, escarmentó a más de uno con sus “estaqueadas” y sus “baños” (en el Paso Real del Arroyo Parao), hasta el punto que muchos considerados “gente de mal vivir”, nunca más,  pisaron  las calles del Pueblo, ni ocurrírseles merodear los aledaños…..

Se rescata objetivamente, que el Comisario Segundo OXLEY, le tocó trabajar en un momento particularmente difícil (recién finalizada la revolución de 1897) y en la antesala de otra (la revolución de 1904), que incluso su participación en la misma, le trajo aparejado el cese como funcionario policial.-

Se encontró con un Sección que se extendía a lo largo de 1.800 kilómetros de superficie y tenía como límites: Arroyo Los Ceibos, Cuchilla de Dionisio, Arroyo Parao y Río Cebollati.-

Plagada de desertores, de matreros, como por ejemplo: “El Bordado” (que se llamaba Fermín MARTINEZ) y “El Pardo TORANZA” (que luego huyó hacia el Brasil, robando la mujer del brasilero Juan Francisco SILVA, cerca de la Picada del “Paso de Piriz” y según está documentado en 1897 en la batalla de Arbolito, fue el matador del “Chiquito” SARAVIA).-

Llena de cuatreros y gente de mal vivir, que se refugiaban en los montes. Con poco personal policial (muchos de ellos iletrados y carentes de uniforme) para atender los reclamos de la Sección y de los pobladores del incipiente pueblo.-

A su vez, según lo relata el periodista PASEYRO Y MONEGAL, esta Comisaría, tenía otra “Comisaría” dependiente, ubicada en paraje “El Oro” (donde hoy se levanta el mausoleo al Pequeño Dionisio) y que no era más que un destacamento policial, construida de terrón y techo de paja, en mal estado, ocupando 46 hectáreas y 89 metros.-

La comunicación se llevaba a cabo, mediante el telégrafo oriental, el envío de Policías a caballo, las carretas tiradas por cuatro yuntas de bueyes, de: NAVARRO, Alejandro PEDROZO, Rosa OLMOS, Santana BARGAS o los hermanos BARBOZA (Eustaquio y Carmelo), entre otros y las diligencias, que a su vez transportaban pasajeros y mensajes, haciendo el trayecto desde y hacia, la Villa Artigas (hoy, ciudad de Río Branco), teniendo como postas inmediatas la pulpería de José GRANADA (en la Buena Vista, entrada a Estancia “La Madrugada”) y el Hotel Fraternidad (esquina de las calles Gral. Artigas y Dionisio Coronel, de Vergara). La comunicación telefónica con Jefatura, recién se establecería en el mes de mayo de 1906.-

No había médico en el pueblo, pues el Dr. Sixto MARTINEZ, venía una o dos veces al mes al Hotel Confraternidad, y su falta, se suplía con la presencia del boticario italiano Sr. José RAMAGLI, quien tenía su negocio en la confluencia de las calles Bernardo Berro y Francisco Tajes, de esta ciudad.-

El Señor Juez de Paz, don Miguel ROCHA, estaba afincado en paraje “Los Ceibos” y como autoridad inmediata se recurría a un Teniente Alcalde, que hasta 1895, había sido el vecino Braulio SILVERA, quien después abandonaría este cargo y se dedicaría a las tareas comerciales, hasta el final de sus días.-

Los mayorales de diligencia (o sea, sus dueños y conductores) eran: Serapio TELIZ, Alejandrino GUEVARA, Bernabé DIOGO (los más viejos en el camino), luego vendrían: Francisco SOSA, Juan LAGRECA, OLIVERA, Patricio PEREIRA y Alfredo ALVAREZ (el último que pasaría conduciendo diligencias por la zona).-

 

Material Jorge Muniz 

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