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Don Silverio PELLEJERO, más conocido por “El Capincho”, fue uno de los tantos acordeonistas de “dos hileras”, que existieron en mi pago. Viejo ya, lo conocí a don Silverio.-

Tocando el acordeón en los tablados del Carnaval o simplemente cruzando las calles de mi pueblo, con aquel gesto y aquella forma, que tanto lo distinguían de los demás.-

Petiso, robusto, medio agachado y el andar característico, sobre las piernas chuecas. El cabello blanco como la nieve, la cara arrugada y el pucho compañero, inmutable, al costado de la boca.-

Es que ya pisaba los ochenta años, “Don Capincho” y su vida de joven, no había sido solo de “baile y acordión”…

Como todos o casi todos los hombres de esa época, la vida, en el inexorable cuesta arriba, se le había vuelto un intenso peregrinar por las estancias. Peonando, esquilando, tropeando, en las condiciones más duras y rudimentarias que es dable suponer.-

No en vano lo paisanos de ese tiempo, en la lucha diaria por subsistir, templaban el alma y el coraje, en la fragua ardiente que a cada paso les imponía la existencia. La severa existencia que gestaban los caminos somnolientos. Con veranos resecos como yescas, llenos de mosquitos, chicharras y grillos. Con inviernos llovedores, repletos de pamperos aullantes, tristes y grises. Con amaneceres bordados de heladas “cuchilleras”, que tendidas a lo largo sobre el pasto, parecían “vidrio molido”.-

Pero más allá de la constante lucha por subsistir, el alma y el espíritu del hombre bueno que era, sencillo y observador de las cosas de tierra adentro, estaban imbuidos de la música casi sensual del acordeón. Shotis, mazurcas, valses y polcas, brotaban casi por encanto de “las dos hileras”, mientras las manos toscas y rudas acunaban la música, que pedía permiso y atención para aquellos paisanos, que en el entorno campesino se reunían a escuchar.-

Hombres sencillos, de bota y bombacha, de alpargatas o descalzos, que más tarde seguirían al “Capincho acordionista” por los bailes de doña Filomena SEQUEIRA, del “Patita” CANDIDO, en un casamiento, despedida o cualquier reunión singular.-

Hombres sencillos y paisanos que mezclados casi sin sentir, con los “pebetes” del centro, tomaban naranjita y cerveza, fumaban de las “tabaqueras”y se peinaban con “Glostora”…

Las noches al igual que la vida, se iban gastando de a poco. Los “reales” no daban y por lo tanto mientras los brazos y la cintura ayudaran, “El Capincho”, seguía saliendo en las comparsas de tijera “a martillo”.-

Esquilaba descalzo. Y sus dedos gordos se abrían hacia fuera de tal forma que no pasaban desapercibidos para quien los mirara. Generando con ello, una historia muchas veces comentada entre las reuniones del pueblo, que afilaba las lenguas ávidas de los viejos, cuando el aburrimiento empezaba a mellarlos.-

Era de mañana y en el galpón de una estancia en el Rincón de Ramírez, la comparsa de esquiladores hacía chistar al unísono las gargantas de los gavilanes de las tijeras, mientras las manos se cubrían de grasa de oveja y los rostros se perlaban de sudor.-

El patrón a señas y gestos, llamó al capataz de la estancia para afuera del galpón.-

Asombrado éste, le escuchó decir bajando la voz: - Pero usté se fijó como tiene los dedos grandes de las patas “El Capincho”?

Y antes de que el capataz lo mirara para contestarle, no lo dejó ni “encarrilar”:- Quién va´decir qui un hombre con las patas así… toque tan lindo la`cordión!!!..

 

AQUEL   DOCTOR  BONACHON…..

 

En el año 1935, Serafín J. GARCIA, le envió desde Treinta y Tres, una carta a su amigo “Tito” VIERA, quien residía aquí en Vergara, en la calle Marcelo Barreto, casi Agustín Urtubey, puramente evocativa de personajes y gentes, que habían vivido en el pago e incluso muchos de ellos, habían sido testigos del alumbramiento bienhechor del caserío de “El Parao”.-

En una parte de la carta, decía “Machurita”: “A los fianos Preve y Sala, los primeros médicos del lugar”…

De ahí en más, comenzó a gestarse una interminable búsqueda en los pocos rastros que ha dejado la historia del pago, en ciertas cosas y culminó con el encuentro de una fotografía del Dr. SALA, que me regaló Bismark CORREA y el detectar una nieta de este eminente médico que fue, llamada Herminia SALA.-

En realidad el Dr. Santiago David PREVE, que fue médico y periodista acá en Vergara, se estableció allá por 1912 a media cuadra por Jacinto Ruiz y en dirección al arroyo, tomando como referencia la Plaza Confraternidad.-

Pero he aquí que el Dr. SALA, se había establecido un poco antes, exactamente el 5 de enero de 1912, ocupando según la vieja tradición oral, una pieza del Hotel de Claussen y luego, la casa que por Marcelo Barreto a media cuadra de la Plaza, rumbo al Liceo, hoy viven en ella, la familia RODRIGUEZ- CABRERA. Vale decir, por la misma acera del Banco República.-

Pedro SALA CONSONNO, había nacido en Milán (Italia) en el año 1854.-

Era hijo legítimo de Juan Bautista SALA (Ingeniero de profesión) y de Teresa CONSONNO. Muy joven, se graduó de Médico Cirujano, en la Universidad de Pavía y acariciando aquel lejano sueño de “hacerse la América”, en un barco de pasajeros, atravesó cielos y mares desconocidos, hasta recalar en el Brasil, en el Puerto de Santos.-

Desde allí, encaminó sus pasos al Uruguay (previo revalidar el título en el país norteño) y el 3 de febrero de 1879, en la ciudad de Montevideo, volvió a revalidar el título como Médico Cirujano ante la Junta Nacional de Higiene.-

Era joven, rubio, de tez clara y apuesto, usaba grandes bigotes, el Dr. SALA, cuando poco después de revalidar el título en Montevideo, entró a trabajar como Médico en el Lazareto de la Isla de Flores. Pocos años después, se casó con Juana ROJAS BURGOS, más joven que él, nativa de Andalgalá (Provincia de Catamarca) República Argentina.-

Pero ya había comenzado su intenso peregrinar por varios pueblos y villas del Uruguay, incluso un año, cruzó el río Uruguay y estuvo instalado en Buenos Aires.-

1889- Fray Bentos// 1890- Paysandú// 1892- Dolores// 1901- Buenos Aires// 1902 a 1912- Ombúes de Lavalle (13ª. Sección del Departamento de Colonia) // 1912 a 1914- Médico de Policía en Vergara// 1915- Médico del Banco de Seguros del Estado en Pan de Azúcar (Maldonado).-

Hombre que leía, estudiaba y observaba mucho, el Dr. SALA, el día 27 de julio de 1889, encontrándose radicado en Fray Bentos redactó un trabajo dedicado a la “Liga Patriótica de Enseñanza de Río Negro” y al cual tituló: “El excesivo trabajo mental en las escuelas”, siendo editado el mismo en el año 1901 en Monte Caseros (República Argentina) por el establecimiento tipográfico “PORVENIR”.-

Poco después el día 8 de mayo de 1890, cuando residía en Paysandú, fue llamado de urgencia a la casa ubicada en la calle 18 de Julio entre Comercio y Queguay, donde vivía el ilustre médico Dr. Vicente MONGRELL, quien había sufrido un accidente vascular encefálico. Allí se encontraban además los Dres. Gilbert JAMES FRENCH (inglés de nacimiento, fallecido en su patria en el año 1924); STRUVE; CONSTAT; Martín MAJO (catalán, fallecido en Barcelona en el año 1934) y José PARIETTI OLIVER (nacido en Mallorca- Islas Baleares, fallecido en Paysandú en el año 1932).-

Pocas horas después, de que estos médicos antes mencionados se reunieran en consulta, ante el agravamiento de su apreciado colega, el Dr. Vicente MONGRELL, que había nacido en Valencia en 1827 y estaba casado con la Sra. Dolores GORDON, fallecía dejando tras sí, una luminosa estela como Médico Cirujano que era.-

Cuando la Defensa de Paysandú, que comenzó en diciembre de 1864 y finalizó en enero de 1865, había sido médico de la guarnición de Leandro GOMEZ, amigo personal de éste e incluso después de haber ocurrido el fusilamiento del mismo y arrojado en el cementerio de Paysandú a una fosa común, el Dr. MONGRELL, alumbrado con un farolito en la oscuridad de la noche, logró identificar y rescatar el cuerpo de GOMEZ, ocultándolo en su hogar, debajo de la propia cama de matrimonio. Después, se encargaría de entregarlo al botero ARAMBURU, para que éste por agua, lo trasladara a Entre Ríos (República Argentina) donde el sacerdote EREÑO se encargó de conservarlo, hasta sus exequias definitivas en suelo uruguayo.-

Dable es decir, que el Dr. Pedro SALA, conoció con anterioridad y trató también, al Dr. Vicente MONGRELL.-

Pero aquí en Vergara, le esperaban también horas cargadas de sorpresas, en un medio con poco o nada de cultura, escaso de materiales médicos, de remedios, de transporte, todo lo cual conjuntado, llevaba más de las veces a que el diagnóstico del Dr. SALA, fuera “por aproximación” basado especialmente en su experiencia y en su práctica diaria como galeno.-

Su primera intervención como tal, en el pequeño pueblo de Vergara, fue en la casa del vecino Regino ACOSTA, quien el mismo día que SALA arribaba a este pago para radicarse, o sea el 5 de enero de 1912, cayó fulminado por un ataque cardíaco y según lo supuso el Médico, luego de certificar la defunción, todo se debía a una cardiopatía, que desde tiempo atrás venía menguando el normal funcionamiento del corazón de don Regino ACOSTA.-

Su tarea de Médico abnegado y servicial, bien pronto fue conocida, admirada y respetada por los vecinos del pueblo. Me consta, según un documento que tuve en mis manos, quizás redactado por el periodista PASEYRO Y MONEGAL, donde aparecen más de cien firmas de hombre y mujeres de Vergara, que más que admiración y respeto por el profesional, llegaron a tenerle cariño, por sus verdaderas acciones de filántropo y persona de bien.-

Indudablemente, que el Comisario José Germán MUIÑO, le dispensaba un enorme aprecio, según se trasluce de los partes de la época y el Juez de Paz, don Guillermo TERRA, además de haberle inscripto el nacimiento del hijo (Romeo SALA ROJAS, el 2 de enero de 1914), también fue su amigo y en prueba de ello, el Dr. SALA, le regaló su foto, ya algo veterano, sacada en Montevideo y es la que hoy se encuentra en la galería de Médicos Ilustres, en la Facultad de Medicina. La que hace tantos años atrás, me regaló Bismark CORREA…

Encontrándose radicado en Pan de Azúcar, el Dr. SALA en compañía de su esposa y de su hijo, tuvo que viajar a Montevideo por razones de su profesión. Y una esquina céntrica, vio a un niño que a voces y con un paquete debajo del brazo, ofrecía el periódico de actualidad.-

El Dr. SALA, decidió comprarle uno y en el acto, le entregó una moneda que superaba largamente el valor del diario, pues no tenía en su bolsillo dinero de menos valor. El niño tomó la moneda y le dijo que con su permiso iba a buscar cambio, porque él, no tenía dinero suficiente para darle el vuelto.-

SALA, esperó largo rato al niño “canillita”. Y cuando ya se marchaba junto a su mujer y al pequeño hijo, escuchó los gritos apurados: - Señor! Señor!... No se vaya que traigo el cambio… Y el niño corría agitado porque según explicó a su comprador, había tenido que caminar varias cuadras, hasta encontrar un comercio que tuviera cambio, para el dinero del cual era portador.-

Agradecido y sonriente, aquel italiano bonachón, de mirada tranquila y grandes bigotes, comprendió y aquilató el sacrificio circunstancial del niño. Como corolario a todo lo que había sucedido, tomó el dinero que sobraba de la compra y lo depositó sinceramente en la mano derecha del “pilluelo”, que embargado por una repentina emoción, también correspondió con una sonrisa, al de los grandes bigotes.-

El Dr. Pedro SALA CONSONNO, falleció a los 61 años de edad, en la noche del 10 de diciembre de 1915, en Pan de Azúcar y a causa de una hemorragia cerebral.-

Como lo dije al inicio, fue el primer médico que en el año 1912, se radicó en Vergara y se alejó de este pago vergarense, con destino a Pan de Azúcar, el 15 de octubre de 1914.-

Se dice que su compromiso vital, fue siempre, para y con la ciencia.-

A pesar de las investigaciones realizadas, no se le encontró nunca afiliado a una corriente política en especial ni tampoco supo manifestarse, en corrientes de índole religiosa alguna. Quizás, su amistad con el Dr. MONGRELL, su preocupación casi devota por los pacientes, su afecto por los amigos y sus propias convicciones emanadas del escrito que legó a las autoridades de Fray Bentos, lo involucren con alguna corriente de estudios filosóficos, que por su respeto y complejidad está más allá de lo que puede suponer, quien estas líneas escribe.-

 

MEDICO,  PERIODISTA  E  INVENTOR……

 

Se llamó Santiago David PREVE y durante su corta estadía en Vergara, fue contemporáneo del Dr. SALA CONSONNO.-

Había nacido un 5 de setiembre de 1858 en la ciudad de Buenos Aires y descendía de italianos que allá por 1806, embarcados en un puerto de la Liguria, cerca de Génova, un día, decidieron cruzar los mares y establecerse con comercio y cabotaje, en la República Argentina.-

Joven aún, Santiago David PREVE, obtuvo su título de Médico-Cirujano en la Universidad de Buenos Aires, siendo alumno de prominentes catedráticos argentinos, como lo fueron los Dres. RAWSON, BACA, ALBARELLOS, GONZALEZ CATAN y MONTESDEOCA.-

Poco se conoce de su llegada al Uruguay, pero es dable resaltar, que allá por 1882, radicado en la zona de la Aguada en la ciudad de Montevideo, junto a los Dres. ROMEU y FIOL DE PEREDA , participaron en el combate frontal a una epidemia de viruela, que se había desarrollado en esa ciudad y que a su paso se llevó consigo, gran cantidad de víctimas, niños, casi en su totalidad.-

Posteriormente, en el año1884, el Dr. PREVE, fue llamado a la zonas de Río Negro y Paysandú, donde una el tifus y la difteria, aquejaban a varios habitantes de ese Departamento.-

Por los datos obtenidos en la prensa de la época e imaginándolo como un espíritu aventurero y en constante evolución, el Médico que nos ocupa, recorrió muchas casas en gran parte del Departamento de Río Negro, no escatimando esfuerzos y trabajando sin cobrar un centavo, más de las veces. Supo de andar a caballo, en carruaje o de a pie, incluso….

Para el año de 1897, se encontraba afincado en la zona de Tres Arboles, dado que el 17 de marzo de 1897, cuando se produjo el choque entre las fuerzas del Coronel Diego LAMAS (blancas) y el General José VILLAR (coloradas), en el paso que lleva ese nombre, él, se encontraba en la casa del brasileño Federico SILVA, donde se estableció uno de los hospitales de sangre y allí tuvo oportunidad de curar heridos de ambas fuerzas, teniendo en su poder un botiquín de primeros auxilios, que a tales efectos, le había dejado en la retirada el General José VILLAR.-

Está escrito en viejos documentos de la época, que el día anterior, en horas de la tarde había sido advertido por el Coronel LAMAS, cuando pasó por lo de SILVA, hacia el Paso de Tres Arboles, de que se preparara para ejercer su profesión, dado que el combate era inminente.-

El 24 de diciembre de 1912, dio su primera consulta, afincado temporariamente en Vergara, en el Hotel de Juan CLAUSSEN y seguidamente, los semanarios ECOS DE VERGARA y LA EVOLUCIÓN, posteriormente, que dirigía en ambos casos el periodista José V. FARIÑA, mucho se ocuparon de escribir acerca de su persona. Incluso él, también escribió en esos semanarios, donde quedó la impronta de algo como su autobiografía. Su amistad con el estanciero José ASTIZ (de la Tercera Sección de Treinta y Tres) y con el Juez de Paz de Vergara, Guillermo TERRA; su sólida cultura y el resultado de sus estudios en busca de un revitalizante que pretendía ser el “elixir de la eterna juventud”……

Muchas veces, le oí contar a Ventura ROBAINA, que el Dr. PREVE, había vivido en un rancho de dos aguas, pequeño y techado de paja, que se encontraba ubicado en la calle Jacinto Ruiz, casi enfrente a la Biblioteca Municipal Serafín J. García de esta ciudad y que lo recordaba, como un hombre maduro en edad (tendría unos 54 años más o menos), vestido intachablemente, de sombrero de copa y chaleco con cadenitas, acusando en su boca un pequeño parálisis y cierta dificultad en una de sus piernas, para movilizarse.-

Fue muy apreciado por la población de este pago, donde se distinguió practicando pequeñas operaciones, aplicando sus “secretos” basados en el extracto de bazo, experimentando una y otra vez, con la Opoterapia (basada en fundamentos de un Endocrinólogo francés) y por supuesto, que tratando de llevar adelante y colocar entre la población su amada CORYNANTHINA…..El revitalizante, que avalado por los Dres. ZAPIOLA y PIÑERO, de la República Argentina, decía curar males, como la Tuberculosis, la Neurastenia, el Agotamiento nervioso, las convalecencias lentas, etc etc. Dicho medicamento, según su creador, contaba con el sustento de una planta originaria de Gabón y Camerún (Africa), la cual suministrada en proporciones ínfimas, tiene entre los efectos de ser: afrodisíaca, lipolítica y anestésica por vía tópica…..

“CON UN SOLO TRATADO SE CURA”, promocionaba su creador en el Semanario LA EVOLUCION y a pesar de que el Dr. PREVE, no había revalidado su título en Uruguay, ofrecía en venta su maravillosa creación, en la ciudad de Montevideo, en la calle Arroyo Grande, esquina Caridad.-

Intentó explotar una farmacia a medias, con Dino BOUNUS, que ya tenía su local propio  en Vergara, pero no tuvo andamiento.-

Al día 24 de agosto de 1914, aún residía en Vergara, ya que así lo consigna el semanario antes indicado el cual lo nombra como orador central, en un acto que se realizara en la Plaza Confraternidad, festejando el “Día del Arbol”.-

Casi enseguida, se desapareció de Vergara y nunca más se supo de él.-

Allá se marchó en diligencia, con su espíritu inquieto, vocacional e infatigable, mirando al Sur……. Aquí, en el Este, dejó su recuerdo de médico, de periodista y de investigador... Basados en su acción, en sus escritos, en el campo científico, con la práctica de la Opoterapia y la creación “fugaz” de la CORYNANTHINA…..

 

LA  ORDEÑADORA  INVISIBLE

 

Según eruditos en el tema, el hecho no pasa de ser una mera leyenda como tantas más. Que se forjan invariablemente en las noches largas de los caseríos.-

Pero lo llamativo de todo esto, es que esta leyenda no se originó aquí en el Uruguay, más les digo y valga la expresión bien sencilla, nació en Europa y arribó a esta tierra, traída de la mano por los inmigrantes.-

No olvidemos, que este Vergara primigenio, fue un crisol de razas, donde arribaron, vivieron y se fusionaron para siempre en el recuerdo, italianos, alemanes, belgas, libaneses, polacos, armenios, turcos, etc. con sus inmensos bagajes culturales, heredados de antiguas civilizaciones y formados al fragor de sus guerras, de sus costumbres, de sus religiones…

Y estos, vendría a ser la primera parte del hecho que evoco. Porque la segunda parte, está más que arraigada en la gente. Constituye su verdadero folklore y más que eso, muchos que hoy ya no están y otros, que aun quedan, aseguran “a pie juntos”… haber visto la víbora prendida, mamando, en la ubre de la vaca.-

Uno de los tantos casos que he oído contar en Vergara y que hoy me propongo rescatarlo desde el olvido, para que las nuevas generaciones lo conozcan, sucedió allá por el año 1918, en una noche cualquiera… nada más que sin luna y negra “como alma de bandido”.-

La trilogía participante, era de viejos vecinos del pueblo, a los que solo separaban las profesiones que tenían, las atribuciones del grado y las jerarquías, que pendían sutilmente de sus vestimentas.-

Don Juan TECHERA, tambero de profesión, con un hijo que según el anecdotario popular “había descubierto el Estrecho de Magallanes” y varias vacas cruza con holandés, en su haber.-

Casimiro CABALLERO, un mestizo aindiado, corto de estatura, que en 1904, había sido servidor del ejército colorado y que en 1918, desempeñaba el cargo de Sargento, en la Comisaría de Vergara.-

José Germán MUIÑO NALERIO, nacido en las Costas del Arroyo de Oro, Comisario, impuesto a “sangre y fuego” por el Coronel Basilicio SARAVIA, de quien había sido secretario personal en la revolución de 1904, con el grado de Teniente Primero.-

Pero más que eso, el Comisario José MUIÑO, que en cierta parte de su carrera policial firmaba los partes policiales en el Libro Diario de la Comisaría con un vistoso sello, donde se entrecruzaban las iniciales “G” y “M” en estilo gótico, ostentó durante veinte años, repito ¡veinte años!... como bien lo oye, el cargo de supremo guardián del orden, en Vergara. Un récord aun no igualado en la Policía de Treinta y Tres.-

Quizás, tampoco igualado a nivel de todo el País. Esto también se agrega a una de las tantas estadísticas vergarenses, que poco a poco, han ido cimentando la historia de este pago.-

Y el destino, aunque fuera una vez en 1918, los unió a don Juan TECHERA, al Sargento Casimiro CABALLERO y al Comisario MUIÑO, de la siguiente manera.-

Un día de ese año, se presentó en la Seccional de Vergara, don Juan TECHERA, dando cuenta que desde hacía varias noches atrás, una o más, manos “invisibles” del pago, se tomaban el trabajo no menos audaz, de ordeñarle una de las vacas de su propiedad, porque al otro día cuando aclaraba y el compareciente, pretendía llevar a cabo su tarea, se encontraba con que la ubre de la vaca, estaba totalmente vacía.-

Celoso de su función, MUIÑO, lo escuchó atentamente y esa noche, ordenó que un Guardia Civil, de “corvo” en la cintura y no menos riguroso que él, se encargara de esconderse en el corral y vigilar atentamente, hasta que el ilícito pretendiera consumarse.-

Después de todo y una vez capturado él o los causantes del hecho, el resto correría por cuenta del “cepo” o de la “barra”, según lo que el Comisario dispusiera.-

Pero he aquí que esa noche, en la misma cara del Guardia Civil, alerta y respetuoso por demás de sus funciones, la vaca, volvió a ser nuevamente ordeñada.-

Otra noche más y MUIÑO a punto de estallar en una de sus cóleras famosas, destacó a su hombre de plena confianza: el Sargento Casimiro CABALLERO.-

- A ese no se le pasa nada- dijo a quien quisiera escucharlo-

- Ese me los trái del pescuezo hasta la Comisaría o si no, en una sableada sola!!  Sí sabré yo!! Cómo pa´no mandarlo solo!! – reflexionaba el Comisario para sus adentros.-

Y comenzó entonces la ronda, a la espera del sagaz ordeñador…

Noche oscura. Sin luna.-

Casi al tanteo, CABALLERO, había armado un cigarro con tabaco “en rama” y después de ponerlo entre los labios, esperaba pacientemente, yesquero en mano, el momento oportuno para darle fuego, alimentarlo y comenzar a “chuparlo” de a poquito, porque casi seguro, que la noche cerrada y sin grillo, no iba a ser nada corta.-

De pronto, un detalle especial lo hizo “ponerse en guardia”, desde el tronco donde se encontraba sentado.-

La vaca comenzó a inquietarse poco a poco y víctima ya, de un desasosiego que iba en aumento, se fue hacia una parte del corral que era de palo a pique y luego de unos breves minutos, se recostó al lugar y se quedó quieta. Muy quieta, mientras rumiaba apaciblemente…

Los ojos de CABALLERO, taladraban la noche oscura.-

-Bué y el ordeñador?... Onde´stá?... se preguntó en voz baja…

Esperó unos minutos y ya no aguantó más.-

Se levantó del tronco y a paso decidido se fue derecho a la vaca, manoteando sombras y a los “chispazos” con su yesquero. Cuando la vio no podía creer. Pues la leyenda traída en la valija de humildes inmigrantes, estaba reluciente y aplomada, frente a sus propios ojos.-

Al tranco largo, salió para la casa del Comisario, que residía frente mismo a la Comisaría.-

-Y qué hizo que no lo prendió y me lo trajo del pescuezo!!- le recriminó MUIÑO al tomar conocimiento del hecho.-

- No mi capitán!! Yo quiero que usté venga conmigo y entonce ahí sí, va´ver quien es el que ordeña la vaca de don Juan…

Retornó CABALLERO, con el Comisario al corral en cuestión y allí ante la precaria luz que daban dos yesqueros, el último de los nombrados, pudo ver en toda su magnitud “el ordeñador” que desde  muchas noches atrás, se había burlado socarronamente de las vigilancias policiales…

Cuentan que dijo el Comisario MUIÑO: - Si me dicen esto, no creo… Tenía qué verlo pa´decir que era verdá!!!

Y verdad o no, una enorme “parejera”, pendía de la ubre de la vaca saciándose de leche, mientras que con su cola a modo de rústica “manea”, envolvía las patas del animal que continuaba rumiando tranquilamente, ante la mirada atónita de los dos Guardia Civiles…

 

TRES  GUITARRAS  Y  UNA  LEYENDA

 

Las viejas calles de material que circundan “El Charco”, con su puentecito angosto, de columnas legendarias, en una noche tibia de grillos, luna llena, estrellas y casas antiguas, me devuelven ese sonido particular, que tanto me identifica.-

Así es, que por momentos, la melodía lejana que fluye mística y espontánea, se queda jugueteando en el aire, hasta treparse en las alas del recuerdo y regresar desde ellas, convertida en un conjuro casi maternal.-

Reconozco a pleno ese sonido.-

En él, están implícitas viejas historias aldeanas, que tienen mucho que ver con gentes, paisajes y cosas humildes, surgidas en el Barrio “la Cuchilla”, donde nací cuando alboreaba la década del 60.-

Viejas historias de otro tiempo, contadas por amigos o familiares, donde la noche antigua se iniciaba en los boliches de muebles deteriorados, caras alargadas, tabaco negro y caña brasilera. Si no la cortaba el tajo de un puñal pendenciero, continuaba su travesía por los antiguos prostíbulos sin luces rojas, donde se imponía la voluntad de aquellas mujeres, que a su paso por el pago, también fueron parte de la memoria colectiva: Otilia MOROSINI y Carlota LUGO.-

Lógicamente, sin olvidarme de “La Bordada” y de Adelaida MENDEZ, que tanta fama tuvo en su vida, obstinada, temeraria, azarosa y que ese mismo mundo chabacano y nebuloso del prostíbulo, la bautizó para siempre con el estigma de: “La Toranza”.-

Poco después, la noche azul y secular se zambullía puertas adentro, en algún bailongo de rancho de fajina, música de guitarras y candiles parpadeantes. Donde los hombres pitaban “en chala”, calzaban botas o tamangos guascudos y las mujeres, llevaban faldas de colores chillones, bebían “naranjita”, se pintaban con coloretes y olían a “agua de colonia”.-

Ese mundo, lleno de bohemia, alcohol y angustia existencial, que hoy, llega hasta la crónica que escribo, convertido en acordes musicales, fue el mismo que cautivó a aquellas guitarras pulsadas en los inicios del siglo XX, cuando sus dueños intentaban vivir del oficio y hacer más llevadero su peregrinaje sobre la tierra.-

Muchos, me han pedido que no los olvidara y acá los dejo porque quizás a muchos jóvenes y no tanto, les interese los nombres de tres viejos guitarreros, que alguna vez vivieron temporaria o definitivamente, en mi pago de Vergara.-

Ellos fueron: Enerino BUDES, Bonifacio NIZ y el indio “Juan Chiquito”.-

El primero de ellos, venía desde la ciudad de Treinta y Tres y al igual que los juglares de la Edad Media, recorría esta zona y la del Rincón de Ramírez a caballo, cantando y tocando la guitarra, en boliches, en bailes, en prostíbulos, en pencas, en quermeses de escuelas, etc. por unas pocas monedas y algún plato de comida, que manos piadosas se dignaban a servirle.-

Tocaba y cantaba, valses, shotis, milongas, mazurcas, pericones, etc. y entre toda esa variación de piezas, era recordado por su magistral ejecución de la marcha de “Tres Árboles”.-

El alcohol y la bohemia, fueron mellando paulatinamente su físico, hasta que la muerte acechante y sin previo aviso, un día de esos, se lo llevó físicamente.-

Por su parte, Bonifacio NIZ, que era tío materno de mi padre de crianza, había nacido en la comarca soledosa, llana y llena de sonidos, del Rincón de Ramírez.-

Su madre, era hija del famoso caudillo nacionalista Coronel Fortunato JARA (soldado del General ORIBE, durante la Guerra Grande) y Bonifacio, desde muy joven demostró cualidades musicales en la guitarra, en el violín, en el acordeón “de dos hileras” y en la flauta dulce.-

Pocos años después, sus cualidades de buen músico lo trajeron al pueblo de Vergara, donde imbuido de la bohemia, el alcohol, la noche y “las mujeres de la vida”, trabó amistad con “Gabrielito” GUERRA (que era Policía en esa época) y juntos compusieron unas décimas donde nombraban una por una, a las mujeres que ejercían el meretricio.-

Mi padre de crianza, que por ese tiempo era un niño “de pantalones por media rodilla”, siempre recordaba a su tío Bonifacio NIZ, cuando ejecutaba en guitarra los tangos: “La Morocha” y “La Cieguita”, del repertorio de Carlos GARDEL.-

También este guitarrero, tocaba en pencas, fiestas de escuelas, bailes de pueblo, quermeses y boliches.-

Murió al promediar de la década de 1920, en el Poblado Plácido Rosas (Cerro Largo), donde tenía una compañera e hijos. Las “malas noches” y el duro ajetreo por sobrevivir, menguaron su físico, joven aun, con el letal estigma de la tuberculosis pulmonar.-

El indio “Juan Chiquito”, cuyo nombre de pila era Juan TECHERA y vivía en un rancho de paja y terrón, sito en la esquina de las calles Meliton Muñoz y Manuel Pereira, de Vergara, también fue muy mentado en su tiempo como un gran ejecutante de la guitarra. Y dueño y señor de las noches seductoras de “La Cuchilla” y de “El Charco”.-

Era un hombre aindiado, de regular estatura, silencioso, de manos grandes y pocos amigos. Había vivido la guerra de 1904 y a raíz de su presencia en la batalla de Masoller, contaba que en la noche que siguió al traslado de SARAVIA al Brasil, cuando los hombres se desmembraban por las sierras riverenses, sin orden y sin jefe, había escuchado un estilo misterioso, levantarse desde el propio campo de batalla, ratificando con creces, que ningún mortal podía ser el autor de aquella melodía.-

El, lo guardó en el corazón.-

Y una vez que pudo tener la guitarra entre las manos, se decidió a depositar aquella música efímera y sutil, entre las cuerdas del instrumento. Y qué bien floreció!!!

Era indudable, que el amanecer de su existencia, estaba más que ligado al atavismo de ancestros guaraníes. Y su vida tan austera y pobre, como la de Enerino BUDES y la de Bonifacio NIZ, lo hizo pasar desapercibido en la rueca cotidiana que hila el mundo, tan hábilmente. Y como los otros dos también, la muerte y el olvido intentaron castigarlo.-

Físicamente, han callado tres guitarras y una voz, que en algún momento poblaron de sonidos, la humildad cristalina de mi pago.-

Espiritualmente, enciendo la luz en tres tumbas olvidadas, para que las guitarras y la voz de: Enerino BUDES, de Bonifacio NIZ y del indio “Juan Chiquito”, vuelvan nuevamente a alumbrar el paisaje épico y jubiloso, que como un hecho tangible, les ha forjado la llama arisca de sus propias leyendas.-

 

 

 

Fuentes: Textos extraídos de infinidad de artículos, editados por diversos escritores, ensayistas, genealogistas e investigadores históricos. Tradición oral rescatada durante varios años, tras la investigación del autor, a viejos vecinos y vecinas, del pago vergarense.-

Material Jorge Muniz